martes, 21 de diciembre de 2010


Hubo una larga pausa. Después de un momento me di cuenta que todos estaban esperando a que dijera algo. Miré a Edward, asolada por el pánico. No había manera de que las palabras salieran de mí. Me sonrió y entonces cuadro sus hombros y se dirigió a mi padre. "Charlie, me he dado cuenta de que no he hecho esto en orden. Tradicionalmente, debería haberte preguntando primero. No quise faltarte el respeto, pero como Bella ya ha dicho que sí y no quiero empequeñecer su decisión en este asunto, en vez de pedirte a ti su mano, estoy pidiendo tu bendición. Nos vamos a casar, Charlie. La amo más que nada en este mundo, más que a mi vida, y por un extraño milagro ella me ama de esa forma también. ¿Nos darías tu bendición?”.

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