jueves, 1 de abril de 2010

Cuando la mano de Edward se curvó hasta adoptar la forma de mi rostro como acero cubierto de raso, el deseo corrió por mis venas resecas, cantando desde el cráneo hasta las puntas de los dedos de mis pies.
El arqueo una ceja perfecta, esperando que dijera algo.
Yo arroje los brazos en torno a su cuerpo.
Nuevamente me pareció que no se había producido ningún movimiento. En un momento yo estaba erguida e inmóvil como una estatua y en el mismo instante, lo tenía entre mis brazos.
Mi primera percepción fue el calor, o al menos eso pareció. Y luego aquel dulce aroma delicioso que nuca había sido capaz de disfrutar en toda su realidad con mis débiles sentidos humanos, pero que era el uno porciento de Edward, presione el rostro contra su pecho suave.
y entonces el cambio la distribución de su peso , incomodo y se aparto de mi abrazo .me quede mirándole con fijeza la cara , confusa y asustada por su rechazo
Edward :Mm...Ve con cuidado Bella .Ay.
Aparte los brazos y los doble detrás de mi espalda tan pronto como lo emprendí.
Ahora yo era demasiado fuerte
bella: ops-dije sin hacer sonido apenas, solo con un movimiento de labios.
El esbozo esa clase de sonrisa que me hubiera detenido el corazón si aun siguiera latiendo.
Edward: que no te de un ataque de pánico ahora, amor -repuso alzando la mano para tocar mis labios, separados en una mueca horrorizada-simplemente eres algo mas fuerte que yo en este momento.
Fruncí las cejas hasta que se unieron. Esto también estaba previsto, pero me parecía de lo más surrealista, aun más que cualquier otra cosa igual de increíble de las que me estaba ocurriendo en ese momento. Era mas fuerte que Edward .Había echo que exclamara .
Su mano acaricio de nuevo mi mejilla y yo olvide por completo mi angustia por que otra ola de deseo recorrió mi cuerpo inmóvil.
estas emociones eran mucho mas intensas que aquellas a las que estaba acostumbrada y resultaba difícil concentrarse en un hilo de pensamientos a pesar del espacio extra que había en mi cabeza .cada nueva sensación me embargaba por completo. Recordé que Edward me había dicho alguna vez, aunque su voz en este caso era una sombra débil de la claridad cristalina y musical de la de ahora, que su especie especie se distraía con facilidad .ahora podía comprender por que.
Hice un esfuerzo coordinado para concentrarme .había algo que quería decir, lo mas importante.
Muy cuidadosamente con tanta cautela que el movimiento apenas fue discernible, saque el brazo derecho de mi espalda y alce la mano para tocar su mejilla. No me permití que el color perlado de mi mano, la seda suave de su piel o la descarga eléctrica que silbaba en las puntas de mis dedos desviaran mi atención.
Clave mis ojos en los suyos y escuche mi voz por primera vez.
-Te amo-.Le dije, pero sonó como si lo hubiera cantado.
Mi voz repicaba y resplandecía como la de una campana.
Su sonrisa en respuesta me encandilo mucho mas que cuando era humana por que ahora podía verle de verdad.
Edward: como yo a ti-contesto el.
Tomo mi rostro entre las manos e inclino el suyo hacia el mío, con la lentitud suficiente para recordarme que debía tener cuidado. Me beso, con la suavidad de un suspira al principio y después con una fuerza repentina, con fiereza. Intente recordar que debía ser cuidadosa con el pero era un trabajo muy duro hacer memoria de nada bajo el asalto de la sensación, muy difícil mantener ningún tipo de pensamiento coherente.
Era como si no me hubiera besado nunca antes, como si fuera nuestro primer beso. Y la verdad era que jamás me había besado así.
Casi me hiso sentir culpable. Seguramente estaba rompiendo alguna clausula del contrato, por que se suponía que tampoco podía tener eso.
Aunque ahora no necesitaba ahora no necesitaba oxigeno, mi respiración cobro velocidad, se acelero tanto como cuando me esta quemando, aunque este era un tipo distinto de fuego.
Alguien carraspeo .Emett .Reconocí el sonido profundo a la primera, burlón y enojado a la vez.
Se me había olvidado que no estábamos solos. y entonces me di cuenta de que la forma en que mi cuerpo se incrustaba en el de Edward no era el apropiado cuando se esta en compañía.
Avergonzada, di un paso Asia atrás con otro movimiento instantáneo.
Edward se echo a reír entre dientes y dio el paso también conmigo, manteniendo sus brazos firmemente apretados en torno a mi cintura. Su rostro relucía, como si hubiera una llama blanca detrás de su piel diamantina.
Inhale un trago de aire innecesario para recuperarme.
¡Que diferente era esta forma de besar! Leí su excreción mientras comparaba mis confusos recuerdos humanos con esta sensación clara, intensa. El parecía...un poco pagado de si mismo.
-Te has contentenido antes por mi -Le acuse con mi voz cantarina y los ojos un poco entrecerrados.
El soltó una carcajada, radiante de alivio por que todo había pasado: el miedo, el dolor, las inseguridades, la espera, aquello estaba ya a nuestras espaldas.
Edward: entonces era necesario- me recordó el-.ahora es tu turno de no hacerme pedazos -y se echo a reír de nuevo.
Puse mala cara cuando pensé en ello y entonces no fue Edward solo el que se echo a reír.

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