Llega un punto en el que me pregunto ¿qué resulta ser más patético en todo este circo?: si los payasos, o los espectadores que les festejan sus payasadas.
Tal vez sean patéticos los que dudan entre el equilibrista y el mago, sabiendo que el equilibrista hace arte con su propio cuerpo, y sabiendo también que la magia no existe.
O más patética es la gente que llegó tarde a la boletería, y está buscando algún agujero para presenciar el espectáculo.
En lo personal, sinceramente, yo creo que hay alguien aún más patético en este circo: el dueño. El que se dizfrasa de payaso y de mago para montar su propio número. Y el que está pendiente de quiénes se quedaron sin entradas para hacerlos entrar en la carpa como sea, con tal de ganar un par de ojos, oídos y bocas más.
Lo mejor de todo, es que el show debe continuar.
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